Planificar es la clave para que toda organización se posicione y permanezca en el tiempo. Esto incluye tener en cuenta distintos factores; antes que nada, ver y corroborar el contexto en que cada organización se desarrolla. Este contexto incluye a clientes, medidas gubernamentales económicas y administrativas, proveedores y competidores.
Si se tiene en cuenta que lo que se busca es minimizar los costes impositivos, se debe conocer el marco legal para seleccionar la alternativa óptima que permita trasladar los costes obligatorios, ver posibles exenciones según el servicio que se preste y, sobre todo, conocer la regulación que protege la actividad realizada.
Algunos puntos que se pueden tener en cuenta para lograr el objetivo son: tener un pleno conocimiento de la estabilidad legislativa de la zona de influencia; esto es fundamental si la organización se relaciona con mercados regionales. Pero la planificación se debe realizar también en empresas pequeñas o medianas, conocer el entorno político local o regional permite que se puedan tomar decisiones de manera anticipada para que cualquier cambio que se produzca no le afecte de manera directa.
Tener una empresa con pleno conocimiento de su estructura organizativa y con una planificación real será la base para que progrese independientemente de su entorno.
