El capital fluye y debido a la globalización, la financiación de nuestro negocio o los socios accionistas del mismo pueden proceder de cualquier punto del planeta. Esto favorece la diversidad, tanto cultural como económica, la creación de riqueza, el desarrollo y la expansión, pero también suscita las dudas de los inversores nacionales.

Recientemente, la inversión de capital extranjero en nuestro país ha crecido gracias a la paulatina recuperación económica, la depreciación del euro y los bajos costes energéticos. Los inversores se ven atraídos por un mercado en expansión, con una creciente competitividad y creación de empresas. Sólo en el segundo semestre de 2014 se alcanzaron los 12.974 millones de euros. Otro síntoma favorable es el descenso de la desinversión productiva ya que pone de manifiesto que el dinero que viene lo hace para quedarse.

En 2014 se invirtieron más de 17.600 millones, de los cuales el 80,4% se dirigió a ampliaciones de capital y constitución de nuevas empresas, mientras que el 19,4% se dedicó a la compra directa de organizaciones. También se puede observar que el dinero se destina a sociedades no cotizadas frente a las cotizadas.

Madrid y Cataluña destacan como las comunidades autónomas beneficiarias de estas inversiones. La capital recibió la mitad de la inversión extranjera del año anterior, con el sector inmobiliario como protagonista.

Los principales inversores en nuestro país son Estados Unidos, centrado sobre todo en el sector del comercio, seguido de Luxemburgo en el terreno de la construcción y las operaciones inmobiliarias. Reino Unido y Francia son los socios capitalistas europeos que más invierten en España, especialmente en transportes y gestión de recursos. México encabeza la lista de aliados latinoamericanos con interés en la industria agroalimentaria.

Sin embargo, las grandes compañías incorporan capital árabe, concretamente catarí y saudí. Recientemente, el hotel Ritz de Madrid fue adquirido por la cadena asiática Mandarin Oriental en colaboración con el fondo saudí Olayan Group. Igualmente, el edificio España, en la homónima plaza madrileña, fue vendido al grupo chino Dalian Wanda. Por su parte, El Corte Inglés protagoniza la última noticia, al modificar sus estatutos para permitir la entrada de capital extranjero. La operación, valorada en unos 1.000 millones, supone que por primera vez, dicho centro comercial haya protagonizado una transacción pública de acciones.

El nuevo accionista ocupará un puesto en el consejo y toma de decisiones de la empresa, además de acaparar entre el 10% y el 12% del capital de la organización. Esto ha provocado la oposición de algunos socios de la empresa, que no pretenden votar a favor de la entrada del dinero del ex primer ministro catarí. Según lo planeado, El Corte Inglés destinará los fondos a amortizar la deuda y a financiar su desarrollo estratégico, y la posible expansión internacional.

Comercio, turismo, deportes, hostelería… Todos los sectores están recuperándose y abren sus puertas al capital extranjero. Algunos opinan que esto constituye una pérdida de control sobre la economía nacional y la desvalorización de la marca España. Otros, lo consideran como una forma de expandir horizontes y marcar el camino del desarrollo y la innovación. ¿Tú qué opinas?