La interactividad entre las empresas, consumidores y las redes sociales plantean importantes desafíos al tradicionalismo sobre las comunicaciones de marketing. La telefonía móvil (smartphones), tablets, etc., han influido profundamente en la publicidad y en la conducta del usuario, por tanto, la mezcla de las distintas tecnologías de telecomunicaciones producen nuevas sinergias para que las empresas se comuniquen con sus clientes.

Actualmente, el software social, permite que los consumidores que hasta ahora se habían comportado de manera personalizada, puedan explicarse, mostrar sus opiniones e ideas y compartirlas con otros usuarios. Puede decirse, por tanto, que la época de la individualización ha sucumbido a la de la conectividad, a la era de las comunidades.

En este sentido las empresas a través de los medios que Internet les ofrece, pueden conocer los gustos de los consumidores potenciales, por su participación e integración en redes sociales, creando así un plan estratégico efectivo, en el que se definan claramente objetivos (targets).

Pero no hay que olvidar que más del 75% de las decisiones de una compra se toman en el punto de venta y que un elevado porcentaje de los compradores cambian su decisión con base en la experiencia que tienen en él.

Pongamos un ejemplo:

Ana es joven, moderna, curiosa y cuenta con más de 500 amig@s en Facebook. Su amiga María es asidua de un centro comercial y en su muro publica que tiene intención de comprarse unos vaqueros que ha visto recientemente en un spot publicitario de una determinada marca, así que deciden visitar el centro.

Cuando llegan a él, las tiendas de ropa se disponen a derecha e izquierda de ellas. Para llegar a la tienda escogida a priori, deben recorrer todo el pasillo central, puesto que está situada al final de él, así que mientras avanzan, van mirando sus escaparates.

De momento, no hay nada que les haga dudar de su destino, pero en su camino, les llama la atención una tienda, con un estilo de ropa con el que María se identifica y en cuyo escaparate hay instalada una pantalla donde se está emitiendo el vídeo de la última colección de la firma (incluye vaqueros, por supuesto…)

Se paran en la puerta y deciden entrar, y a unos escasos tres metros, se encuentran un monitor táctil donde ellas mismas pueden combinar las prendas y los distintos accesorios que ofrece la marca, viendo el resultado final. Incluso podrían participar en un sorteo si en ese momento deciden fidelizarse como clientes, previa adquisición de algún artículo en la tienda.

María decide probarse los vaqueros y complementos… Los compra. Ana, “reclamada” por la posibilidad de ganar un interesante premio, decide comprar una chaqueta.

Cuando vuelven a casa, no dudan en publicar en sus respectivos muros la experiencia y compartirlo con sus 500 amigos….

El digital signage o márketing dinámico, es un conjunto de tecnologías de comunicación, capaz de transmitir un mensaje personalizado, en el momento adecuado y a un determinado público, de una manera actual, creativa y dinámica.

Este canal de comunicación en el punto de venta o en lugares públicos, apoyado en soluciones multimedia, permite a una empresa crear, gestionar, distribuir y publicar sus propios contenidos de una forma diferenciada y personalizada, a través de dispositivos de emisión de contenidos digitales como proyectores, pantallas, paneles táctiles o tótems.

Es medible y capaz de gestionarse de forma centralizada, remota y dinámica. Un sistema de Digital Signage puede captar la atención de sus potenciales clientes e influir en la decisión de compra de ellos, sobre un determinado producto o una marca, por sus múltiples ventajas:

• Reduce el coste de campañas de anuncios con cartelería convencional y reduce el consumo de tintas (sistema ecológico) para reproducir dichas campañas.
• Permite publicidad de terceros (creando un nuevo flujo de ingresos).
• Transmite al público identidad corporativa, publicita artículos en concreto que tengan un alto stock o una campaña de descuento.
• Potencian compras por impulso.
• Emiten contenidos para entretener a los clientes mientras soportan las molestas esperas en la tiendas, mejorando la experiencia de compra del cliente.
• Ayudan a los compradores a encontrar el producto que buscan.
• Permiten medir la audiencia por tipos de público o perfiles (edades, género).
• Interactúan con el público y con las redes sociales.

Estamos, por tanto ante una tecnología que está revolucionando la publicidad, un poderoso medio de comunicación que las empresas deben tener en cuenta, que actúa como eslabón entre los potenciales consumidores y el punto de venta.

Publicado por Inmaculada Sánchez Ramos @Inmasanram