El aspecto visual de un producto es fundamental. Y los expertos en marketing lo saben. Por ello estudian cada detalle que pueda influir en el comportamiento de compra del consumidor. La forma, la textura, el envase y, por supuesto, el color. Nada es ni blanco ni negro, y mucho menos en la publicidad.

Según los estudios, cuando los consumidores compran, el 93% atiende a las características visuales, un 6% a la textura y tan sólo un 1% al sonido y al olor. Tanto es así, que el 84,7% de los compradores aseguran que el color es la principal razón que les empuja a adquirir un producto. Y lo mismo sucede con los mensajes escritos, pues aquellos en color son leídos un 42% más que los que únicamente están en blanco y negro. Además de facilitar la comprensión, el aprendizaje y la lectura.

Los colores influyen de forma considerable en los valores, emociones y sensaciones que el consumidor experimenta durante el proceso de compra. Es un elemento clave para recibir el mensaje, captar la atención y guiarle para que reaccione siguiendo los intereses de la marca. A la hora de crear una campaña publicitaria es recomendable prestarle atención a la psicología del color, conocer qué transmite cada uno y cómo interactúan entre ellos.

Además del color en sí mismo, hay que tener en cuenta cuestiones como el contraste, el tono, o las combinaciones. El contraste hace referencia a cómo destaca un color sobre otro. Así, cuanto más alto más llamará la atención sobre un elemento respecto a otro, mientras que al ser más bajo costará más diferenciarlos. En cuanto a la combinación de colores, es recomendable apostar por lo sencillo y elegir dos o tres que concuerden con la marca.

No se puede olvidar que cada color aporta un significado, por lo que hay que evitar mandar mensajes contradictorios e incurrir en la confusión. Los complementarios u opuestos generan tensión visual y establecerán una jerarquía de uno sobre otro. Los análogos, situados cerca en la rueda de color, transmitirán tranquilidad y comodidad. También se puede optar por monocromáticos, variando el tono de un mismo color.

Ante todo, es importante recordar que la percepción de los colores es subjetiva, ya que no todos experimentamos las mismas sensaciones al respecto.

–Rojo: Usado por marcas como McDonalds, CocaCola, CNN o Lego. Estimula el apetito y crea sentido de urgencia, por ello está muy presente en los anuncios promocionales y en las compras por impulso. Se asocia al amor, pasión, poder y peligro.

–Naranja: Es el color más utilizado para llamar a la acción, sobre todo en los botones de compra online. Está presente en Firefox, Fanta o Amazon y se relaciona con el éxito, la amistad o la ignorancia.

–Amarillo: Especialmente empleado en escaparatismo para llamar la atención en las vitrinas. Ikea, Nikon o Hertz lo tienen en sus logos. Transmite alegría, energía e inestabilidad.

–Verde: Es el característico de Starbucks, BP o Android. Se encuentra en la decoración de tiendas físicas pues resulta relajante. Además transmite frescura, fertilidad e ideas de medioambiente, dinero y envidia.

–Azul: Se utiliza en empresas para promover la productividad y sin resultar agresivo. Es el más común en los logotipos, destacando el de Facebook, Twitter, Ford u Oreo. Provoca tranquilidad, paz y seguridad, aunque se asocia con el insomnio.

–Otros: Yahoo, Syfy o Craiglist optaron por el violeta, pues crea la imagen de marca creativa, imaginativa e inteligente. El blanco se relaciona con la pureza, facilidad y vacío. El rosa con la dulzura y la salud, muchas veces empleado en productos de belleza. El negro se asocia a la elegancia, el misterio y la protección.

Aunque pueda parecer un elemento banal, el color es fundamental a la hora de tomar la decisión de compra, muchas veces inconsciente e irracional. En publicidad nada es fortuito, todo está pensado para llamar la atención. Y tú, ¿de qué color lo ves?