ATanto el CEO, como el directivo o el trabajador deben ser conscientes de que la empresa es un nosotros. Un somos. No un yo. Cada vez más profesionales de los recursos humanos recomiendan que las plantillas de trabajadores trabajen en equipo. Los beneficios que generan superan con creces a los que produce el trabajador como individuo aislado.

Beneficios de trabajar en equipo

Coworking, más salas de reuniones, menos despachos, objetivos comunes, actividades colectivas. En la actualidad son más y más las empresas que organizan el trabajo en grupos de empleados coordinados para la obtención de una meta concreta. ¿Por qué?

• Se generan y enfrentan nuevas perspectivas.
• El empleado encuentra con mayor facilidad su sitio en el equipo.
• El trabajador detecta con más concreción su aportación al grupo y la meta a conseguir.
• Se establecen relaciones personales más profundas provocando un incremento de la sensación de pertenencia, lo que produce un mayor rendimiento.
• Se percibe mejor el esfuerzo común y la necesidad de aportar a tal esfuerzo.

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Técnicas para dirigir un equipo de trabajo

El gran reto de la gestión de equipos es la formación de estos y la asignación de tareas. Tener que hacer frente de manera continuada una tarea para la que no se está preparado es una de las acciones más desmotivadoras y reductoras de rendimiento. Veamos a continuación una serie de técnicas que nos ayudaran a la hora de dirigir a un grupo de trabajo:

1. Tempestad de ideas: realizar reuniones en las que se precise un periodo de tiempo concreto para aportar de ideas o soluciones acerca de un problema. Durante este proceso no debe haber críticas o valoraciones, estas se efectuarán a posterior cuando se pase a la fase de análisis. Así, se busca crear una ambiente de libertad exento de juicio que fomente el tipo de creatividad que genera innovación.
2. Promover decisiones de consenso: plantear problemas en los que se busque alcanzar una solución con la que todos estén de acuerdo. Se ejercita la capacidad argumentativa. Se analiza con mayor profundidad el problema en cuestión y se revelan soluciones interesantes capaces de complacer a un equipo. Además, conlleva una mayor sensación de conexión e integración.
3. Bombardeo positivo o reconocimiento con frecuencia de los puntos fuertes de los miembros del equipo. Promover la actitud de elogio entre los propios componentes.
4. Objetivos concretos y comunes: el establecimiento de unas metas concretas es fundamental para obtener claridad acerca de las acciones a seguir para alcanzarlos.
5. Comunicación horizontal: es importante que el trabajador sienta la libertad y confianza necesaria para comunicar tanto ideas innovadoras como errores. La penalización o respuesta severa ante un error ocasionará el retrotraimiento y la falta de confianza. Además de un retraso en la comunicación de futuras acciones a corregir. Errar es humano. El empleado debe sentirse respaldado frente al error, aprender de él y conocer que este tiene consecuencias, pero no sentir pánico a él.
6. Formar y hacer seguimiento: es necesario cerciorarse de que se están realizando las tareas necesarias para la obtención de resultados establecidos. Además, reduce el sentimiento de individualidad y soledad frente a la labor diaria.
7. Celebrar los logros obtenidos: en muchas ocasiones solo se incide en lo negativo y los logros se dan por hecho. No, estos han conllevado un esfuerzo para su alcance por lo que su celebración refuerza el deseo y la motivación por seguir aportando el 100% del rendimiento.

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