LA COMPETENCIA COMO INCENTIVO EN EL TRABAJO
Entras en la oficina para dirigirte a tu puesto en el departamento de recursos humanos, pero ves que los trabajadores van más encorvados, las tazas de café se acumulan fuera de lo normal, hay un silencio penetrante y hasta las plantas de la oficina parecen marchitarse. Tienes un problema, lo mismo sucede si eres el propietario de una pequeña o mediana empresa o si lo detectas a nivel individual en ti mismo. ¿Qué es lo que está pasando?
Competitividad. Cuando se presenta un problema suele verse ocasionado por la confluencia de varias circunstancias. En esta ocasión, desde la Escuela de Negocios de la UEMC os hablaremos de la competencia dentro de los equipos de trabajo, ¿por qué? Porque es un arma de doble filo, puede ser muy beneficiosa, pero también generar estragos que afecten a la productividad, eficacia y motivación de los empleados.
Un buen departamento de recursos humanos asesorará a sus líderes para que transmitan un espíritu de competitividad sano. En este post nos centraremos en proporcionar una serie de consejos para conseguir tener un equipo de trabajo: innovador, eficiente, eficaz y feliz. ¿Cómo?
Asienta una ética: el primer valor que el líder de un equipo de trabajo ha de transmitir es que se debe competir con el compañero y no contra él. Es importante el constante uso del “nos” y construir un sentimiento de pertenencia al grupo. Para ello es esencial acabar con el miedo a no ser el primero y las consecuencias que pueda ocasionar.
Establece unos objetivos claros: desde el primer momento deben asignarse unos objetivos tanto individuales como colectivos claros. Esta medida impedirá la confusión en cuanto a las obligaciones de cada empleado. Los objetivos deben ser concretos y medibles. Igual que en marketing se generan KPI´S que identifiquen si se va en la dirección correcta nuestros trabajadores necesitan objetivos con KPI´S en los que basarse.
Ten presente: el mantra o la idea que ayudará a reducir la inseguridad y el miedo en tus empleados es creer en que la meta es ser cada vez mejor en lo que haces y no mejor que tu compañero.
Evita las comparaciones: si no es bueno que los padres hagan comparaciones entre sus hijos y no deberían esperar que uno sea igual que el otro sucede lo mismo con los miembros de un equipo. Cada uno aporta unos valores diferentes y la combinación de esa diversidad será la propiciadora del elemento innovador.
Premia los logros: reconocer y felicitar por lo conseguido, la bonificación mediante un suplemento monetario, días extras de vacaciones, una cesta de productos gourmet,… la recompensa la eliges tú, pero para mantener un espíritu entusiasmado y que busque la mejora continua se requiere algún tipo de incentivo.
Ante todo: “Concentre su energía en el desafío actual” recomienda el escritor estadounidense del best seller El vendedor más grande del mundo, Agustine Og Mandino.
La competitividad es, al fin y al cabo, enfrentarse ante un desafío constante con el espíritu de hacerlo lo mejor posible. Paulo Coelho, autor de El alquimista, dijo:
“Lo que me interesa en la vida es la curiosidad, los desafíos, el bueno combate con las victorias y las derrotas. Tengo muchas cicatrices, pero también tengo momentos que jamás habrían ocurrido si no me hubiera atrevido a ir más allá de mis limites”
Si conseguimos que nuestro equipo elija no tener miedo a las derrotas y disfrutar de los desafíos que plantea la competencia estaremos logrando un valor humano esencial para cualquier empresa que quiera prosperar en el mercado. Y tú, ¿qué tipo de competencia practicas?