La definición fácil del concepto Empresas Familiares es que son compañías creadas y gestionadas por una sola familia, es decir, que el comité de administración y los puestos directivos están ocupados en la totalidad o en su mayoría por miembros de una familia o varias familias.

En el contexto profesional, se define empresa familiar como aquella cuyo patrimonio y gobierno está ejercido por los miembros de una o varias familias y su objetivo estratégico comprende la continuidad de la empresa a manos de la siguiente generación familiar.

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Hasta aquí la definición es correcta. Pero según Fernando Doral, Coordinador y Docente de nuestro MBA online no existe un consenso en la definición de empresa familiar y afirma que “incluso las propias organizaciones relacionadas con empresa familiar no coinciden en cuáles son las características que definen una empresa familiar”. 

Básicamente son aquellas que cumplen cuatro requisitos en mayor o menor medida. El primero es que exista una vocación por el relevo generacional, es decir, la voluntad de que el negocio permanezca en el seno de la familia a lo largo de las sucesivas generaciones. El segundo es que la familia sea propietaria mayoritaria de la empresa. El tercer requisito es que haya control económico sobre la empresa, ya sea de modo directo o indirecto. Y el último es que haya representación de la familia en la dirección de la compañía.

Probablemente la característica más diferenciadora sea la primera, dado que cuando un emprendedor levanta un proyecto empresarial con la idea de que lo hereden sus sucesores, su comportamiento es distinto del que tendría una empresa participada por ejemplo por un grupo de inversión. 

“Factores como la reputación, la consideración hacia sus empleados o la implicación con el entorno social son de suma importancia cuando se trata de construir el legado familiar; probablemente los inversores externos de una empresa estén básicamente interesados en obtener retorno de inversión. Por eso el perfil y comportamiento de las empresas familiares, en general es distinto del de las no familiares”, matiza Doral.

De acuerdo con cifras del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), este tipo de figura jurídica supone el 89% sobre el total de las empresas constituidas. Se trata de más de 1 millón de negocios con gran capacidad para generar puestos de trabajo; hasta el 67% del empleo privado con más de 6,58 millones de contrataciones y un volumen real de aporte del 57,1% del PIB de este sector.

Ahora bien, el fenómeno no es únicamente autóctono. En la Unión Europea se estima que hay 14 millones de empresas familiares, de las cuales dependen más de 60 millones de empleos. Y, al otro lado del charco, en el paraíso de la gran corporación, la EF soporta el 80% del sistema protagonizado por multinacionales tecnológicas.

Su profusión depende de los ritmos marcados en cada sector, dejando grandes espacios sin cubrir en actividades que han sido originalmente impulsadas por el gran capital.

Así, el futuro de la economía española no puede depender únicamente de multinacionales extranjeras, ni siquiera aunque esa sea la voluntad política del Ejecutivo en cuestión. Por datos, las Empresas Familiares han sido y seguirán siendo motor seguro de crecimiento.

Empresas Familiares que más facturan

Es bastante llamativo que las dos empresas que más facturan en España sean familiares. ¿Qué tienen de particular Inditex y Mercadona? Ambas comenzaron siendo empresas familiares, aunque hoy en día están consideradas entre las empresas más importantes de nuestro país.

La clave de su éxito es que han mantenido una estructura fuerte. En este sentido, es importante tener en cuenta que en una empresa familiar conviven dos sistemas en tensión permanente (familia y negocio), por lo que si la estructura es débil, cualquier perturbación puede provocar su derrumbe. 

Según Sergio García, Coordinador y Docente del Máster Oficial Online en Dirección y Planificación Financiera de UEMC Business School, “Inditex confía mucho su gestión a profesionales, además de buscar innovaciones en procesos, tendencias, tanto a otros competidores como a empresas de otros sectores”. Por ejemplo, ¿sabías que el sistema de logística se lo diseñaron ingenieros de Toyota?

Mercadona, por su parte, tiene “una apuesta clara por la marca propia, la elevada rotación de producto (si un producto no se vende un mínimo, se retira), la limitación de las referencias (máximo 2 ó 3 marcas por producto, en algunos sólo la marca blanca); y la relación muy cercana y simbiótica con los “interproveedores”, los proveedores estratégicos de la marca”, explica el docente de Finanzas.

Para David de Matías, docente del MBA de UEMC Business School, lo particular que tienen ambas empresas es que “toda estrategia y acción tiene no solamente al cliente en el centro de su toma de decisiones, sino a los empleados. Las personas son importantes y les mantienen motivadas y fidelizadas a la marca, siendo la empresa como «una familia» para ellas. Eso genera confianza, credibilidad y ayuda a que el compromiso de los empleados sea mayor y se obtengan mejores resultados y más beneficios”.

Sin ninguna duda, “la mejor práctica es ser familiarmente responsable. Cumplir con lo prometido con sus empleados y tratar de que el mensaje de cercanía y empatía sea una realidad” matiza.

El índice ‘Global Family Business’ de 2019 elaborado por la auditora EY y la Universidad de St. Gallen sitúa a Mercadona, Inditex y El Corte Inglés entre las 100 compañías familiares con mayores ingresos del mundo. Este índice recoge a las 500 empresas familiares más grandes del mundo por nivel de ingresos que se encuentran en la segunda o siguientes generaciones.

En concreto, Mercadona ocupa el puesto 59, Inditex se sitúa en el 62 y El Corte Inglés en el 91. Además de estas tres empresas españolas ubicadas entre las 100 primeras del ranking, también tienen cabida entre el resto de puestos Ferrovial, Gestamp, Acciona, el Grupo Antolín, Técnicas Reunidas, Prosegur y OHL.

Por lo tanto, el funcionamiento de las Empresas Familiares es el siguiente:

• Unidad de decisión y opinión en torno al fundador o miembro más veterano de la familia, el dueño.
• Cierta “endogamia” en los nombramientos.
• En algunos casos, dejan de lado a las personas que tienen criterios diferentes o son críticos con las decisiones empresariales.
• Puede haber problemas sucesorios (reparto de poderes), al pasar de la primera a la segunda generación y sucesivas.
• Generalmente no cotizan en bolsa, si lo hacen, sacan paquetes minoritarios y mantienen el control efectivo de la empresa.

No obstante, pueden surgir diferentes problemas a lo largo de un proyecto de empresa familiar. Por ejemplo, cuando resulten opuestos los intereses de la familia y los de la compañía. En ese momento, algo muy aconsejable, según Fernando Doral, “es dejarse asesorar por personal externo, que aporte objetividad y distancia en la toma de decisiones”.

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También están los problemas sucesorios y los de diferencias de criterio, que provocan que algunos miembros de la familia puedan acabar abandonando el proyecto. Ambos problemas, finaliza Sergio García, “pueden acabar en la venta de la empresa a inversores externos”.