¿Te imaginas como sería trabajar con tu madre? Te conoce mejor que tú mismo, sabe dónde está todo y es capaz de atajar los problemas antes de que las hayas visto. Un controller planifica, organiza, dirige y mide en la empresa, como una madre lo hace en su casa.

El controller es un puente entre las distintas áreas del negocio y la dirección. Asesora a la compañía para alcanzar y mantener un alto nivel de eficacia. Se encarga de analizar los procesos internos y detecta aquello que puede ser mejorado. De esta forma, diseña de los sistemas contables, los sistemas de planificación y control, los sistemas de información y el control presupuestario.

Completa su labor de coaching, mentalizando a los responsables de las distintas secciones de la importancia del control interno. Esto ayuda a alcanzar los objetivos estratégicos de la empresa con mayor facilidad. La gestión actualizada y precisa de la información en todo momento es primordial. Por esto, utilizan adecuadamente los sistemas ERP de planificación de recursos empresariales.

Como principal figura de control de la empresa debe saber gestionar los cambios que se producen en ella. Tiene que validar los procedimientos de los nuevos procesos y liderar las modificaciones en la cultura organizativa de la compañía. Una de sus características fundamentales es la visión holística e integradora, gracias a ella puede identificar los riesgos y anticiparse siendo flexible en sus planificaciones.

Como asesor financiero planifica a corto y largo plazo, y hace un seguimiento de las tendencias de ingresos y beneficios. Tiene que analizar las inversiones y necesidades de financiación. Además, es el encargado de analizar la consistencia de la contabilidad global y el análisis de costes.

Donde situemos al controller dentro de la estructura de nuestra organización condiciona su grado de desempeño y limita sus atribuciones. En función de esto puede hallarse:

Nivel Estratégico: cuando está colocado por debajo de la dirección general tiene a su disposición todas las herramientas de la empresa. En este nivel coordina todo el conocimiento y los recursos con los que cuenta. Se encarga de coordinar la relación entre los diferentes departamentos y optimizar la comunicación interna. Su capacidad de decisión afecta a los sistemas productivos y los modelos estratégicos a largo plazo.

Nivel Táctico: las funciones de un controller que se sitúa en el horizonte de la dirección departamental son las de gestión operativa. Se ocupa del desarrollo de los ERP para ajustarlos a las capacidades de los niveles operativos. Planifica las tácticas a medio-largo plazo y decide sobre las políticas de almacenamiento y stock.

Nivel Operativo: situado dentro del departamento administrativo su función es la de gestión operacional. Se dedica a la planificación a corto plazo de las necesidades de la compañía y controla el adecuado uso de los ERP. Su capacidad de decisión se limita a la optimización en el cumplimiento de las directrices impuestas por el nivel superior.

La necesidad de incluir un controller dentro de una empresa depende de la estructura, el tamaño y los objetivos de la misma. Las empresas pequeñas tienen menor necesidad de control que las grandes por su menor volumen de movimientos. En cualquier caso, los beneficios cuando se incorpora a tu organización un estratega capaz de comunicar, gestionar, liderar y coordinar las operaciones siempre son visibles. ¿Controlas tu empresa o tu empresa te controla a ti?