¿Te gustaría fomentar una cultura innovadora en tu organización? Juan Vicente García, experto en Innovación, Estrategia y Emprendimiento, nos explica en este artículo qué es la innovación, cuáles son los diferentes tipos que existen y por qué es una competencia fundamental para la competitividad de las empresas. ¡Vamos a descubrirlo!

Según el Manual de Oslo 2018, la innovación empresarial se define como “un producto o proceso empresarial nuevo o mejorado (o una combinación de los mismos) que difiere significativamente de los productos o procesos empresariales anteriores de la empresa y que ha sido introducido en el mercado o puesto en uso por la empresa”.

Para Juan Vicente García, la innovación es la introducción de cualquier cambio que genera valor para la empresa, los usuarios, el mercado o para la sociedad en su conjunto. “No todos los cambios son innovación, sino sólo aquellos que aportan valor. Cambio + valor + usuario = innovación”, indica el experto.

LA ESCALERA DE LA ORGANIZACIÓN INNOVADORA

Muchas veces las empresas se enfrentan a la innovación como una cuestión cerrada, ser o no ser innovador, mientras el problema no es tan simple como elegir entre el sí o el no, sino más bien hasta qué punto eres innovador.

Precisamente, con el objetivo de distinguir entre los distintos niveles de innovación en los que puede encontrarse una organización, el experto indica una estructura sencilla que denomina “la escalera de la innovación”. En esta escalera hay cuatro peldaños: el de mejora, el de cambio, el de transformación y el de impacto. Vamos a ver cada uno de ellos.

• MEJORA. Es la innovación de primer nivel. Supone el cambio sobre lo que ya estamos haciendo y no supone un impacto muy alto ni en la organización ni en el entorno. El principal objetivo es la mejora de la eficiencia de la organización y tiene un carácter incremental. Los paradigmas de la organización se mantienen intactos y los cambios se dan en mejoras incrementales en sus productos, procesos o formas organizativas.
• CAMBIO. Es la innovación de segundo nivel. Supone una modificación de los paradigmas en la organización y afecta a la estructura, a la estrategia y a la cultura corporativa. Hay mucho aprendizaje corporativo modificando las formas de creación de valor. La empresa introduce nuevos productos y procesos, puede haber cambios en su modelo de negocio y aparte de las innovaciones incrementales introduce cambios mucho más profundos.
• TRANSFORMACIÓN. Es la innovación de tercer nivel. Afecta a la propia identidad de la organización y supone un cambio en sus estructuras, cultura y modelos, desarrollando un aprendizaje abierto y continuo. La empresa lanza nuevos productos y procesos para la empresa o para el mercado, abre nuevos canales y entra en nuevos mercados, a la vez transforma su modelo de negocio. En este nivel la organización deja de ser lo que era para crear algo nuevo, donde existe mucho aprendizaje de carácter sistémico y meta-aprendizaje.
• IMPACTO. Es la innovación de cuarto nivel. Implica que las innovaciones de la empresa afectan al entorno, al mercado y a su cadena de valor o a la sociedad. Normalmente estas empresas generan un spill-over de valor en todo lo que las rodea. Suele darse en innovaciones sociales o disruptivas y se generan nuevos modelos de negocio y de creación de valor que suelen romper con lo establecido. El aprendizaje es muy alto y es compartido con el entorno. Son empresas con alma y energía.

¿QUÉ INFLUYE EN LA CAPACIDAD INNOVADORA?

Vamos a descubrir algunos de los aspectos que intervienen en la capacidad de innovación de una organización:

Oportunidades

Existen 7 fuentes de oportunidades de innovación, según Drucker, en su libro ‘Innovation and entrepreneurship’ (1985):

• Sucesos inesperados. “Los éxitos y fracasos inesperados son fuentes tan productivas de oportunidades de innovación porque la mayoría de las empresas los descartan, e incluso los desprecian”. Esto nos puede dar información de algo que desconocemos como cambios en los gustos de los consumidores.
• Incongruencias. Una incongruencia es una discrepancia entre lo que es y lo que debería ser. Pueden existir incongruencias en la lógica o el ritmo de los procesos de una industria, entre los esfuerzos de una industria y los valores de los consumidores, en la realidad económica de una industria, o entre la realidad de una industria y las asunciones que hay sobre ella.
• Necesidades de procesos. Puedes existir cuellos de botella o problemas en alguna parte del proceso general que tiene que ser solucionado. De ahí pueden salir una fuente inagotable de innovaciones.
• Cambios en la industria y mercado. Cuando se producen cambios en la estructura de la industria o del mercado, cada uno de los actores que operan en la industria se ven afectados y surgen múltiples fuentes de innovación para adaptarse a los cambios que se están viviendo.
• Cambios demográficos. Todos los cambios como el envejecimiento de la población, el cambio en las estructuras familiares, la inmigración, la bajada de la natalidad, y otros, pueden ser una fuente continua de innovaciones.
• Cambios en la percepción, significado y estado de ánimo. La percepción y significado que las personas dan a los acontecimientos que ocurren puedes ser una fuente de innovación si sabemos detectar los cambios en este sentido.
• Nuevos conocimientos. Nuevos descubrimientos, invenciones, tecnologías que posibilitan productos y servicios que antes eran inviables.

Todas estas oportunidades son elementos que podemos utilizar como palanca para construir nuevos productos o servicios, procesos más eficientes, e incluso nuevos conceptos, a los que algunas organizaciones les van a sacar más partido que otras.

Estrategia

La innovación es un elemento fundamental en la estrategia de la organización. Las organizaciones compiten en el mercado buscando ventajas competitivas, es decir, que la propuesta de valor sea mejor que lo que ofrece la competencia. Esa ventaja se puede construir en base a calidad, innovación, atención superior al cliente o eficiencia. Por lo tanto, la innovación trata de pensar cómo construimos ventajas competitivas, duraderas, que nos den una forma de competir distinta en el mercado a través de combinaciones únicas de recursos y de capacidades en las organizaciones.

Liderazgo

Como se ha evidenciado, el liderazgo estratégico tiene un efecto positivo en varios aspectos de la competitividad de las organizaciones. El liderazgo estratégico puede marcar el rumbo, las pautas y las metas de las organizaciones, puede seguir una variedad de enfoques que van desde consideraciones puramente económicas, al énfasis en el recurso humano y el buen trato al cliente. Las habilidades del liderazgo estratégico son las que manejan la estrategia como un  proceso de aprendizaje en las organizaciones.

Capital humano y aprendizaje

¿Qué necesita aprender la organización para afrontar con garantías el desafío al que se enfrenta? Lo ideal es que las personas, el capital humano, crezca en habilidades, desafíos, aprendizaje y se encuentren cada vez más cómodos compitiendo en segmentos nuevos, mercados más grandes o con productos o funcionalidades completamente distintos.

Creatividad

Uno de los retos a la hora de comprender y aplicar la innovación en las organizaciones se encuentra en identificar el proceso innovador. Como soporte a los procesos de una organización innovadora, podemos utilizar la herramienta del diseño del Doble Diamante (Design Council, 2015). 

Esta metodología pivota en dos diamantes y tiene cuatro fases:

• Descubrimiento: Analiza la naturaleza del problema. Aquí podremos utilizar la empatía y la observación como forma de obtener información valiosa sobre el problema real al que nos enfrentamos. En esta fase nos daremos cuenta (insights) de muchas cosas de las que antes no éramos conscientes.
• Definición: Sobre los distintos insights, identificamos los retos concretos sobre los que nos vamos a centrar. Es importante que en esta fase seamos muy concretos. Normalmente definiremos el reto con un ¿Cómo podría….?
• Desarrollo. En esta fase generamos ideas, desarrollaremos posibles soluciones y las evaluaremos (testing) antes de aplicarlas en contexto real.
• Entrega: Se trata de la puesta en marcha de las soluciones que hemos diseñado. No olvides que en este momento todo el proceso se retroalimenta, ya que identificamos nuevos problemas en la puesta en práctica y podremos seguir aplicando el mismo modelo una y otra vez. ¿Qué puede aportar este enfoque a la hora de abordar la innovación en tu organización? ¿En qué fases identificar las partes clásicas de investigación, desarrollo tecnológico e innovación?

En definitiva, como en todo proceso de innovación, comenzamos con un problema al que pretendemos aportar soluciones con un valor superior a otras existentes en el mercado. Sin embargo, hay que prestar atención a uno de los errores más comunes que consiste en pasar del problema al desarrollo y entrega de posibles soluciones sin antes haber trabajado adecuadamente la definición de dicho problema y los aspectos en los que se pondrá foco.

Cultura y organización

Una organización innovadora experimenta, pone en marcha soluciones beta, las prueba con los clientes, hace prototipos. El innovador toma riesgos, que sabe que puede llevarle a errores, pero lo entiende como algo normal dentro del proceso de aprendizaje. 

Para que haya innovación tiene que existir autonomía, objetivos marcados y libertad en el proceso. Crear organizaciones innovadoras significa dar espacios de participación a todas las personas que forman parte de esta. Todas las personas observan, tienen ideas y pueden dar información valiosa, por lo que hay que integrar la participación. Además, se busca conseguir la mejora del aprendizaje colaborativo, las skills de cada trabajador.

Una organización innovadora pone en cuestión la organización de forma continua, reconocer el trabajo del otro, las ideas que aportan valor, da incentivos a las personas que ponen en marcha procesos innovadores. Trabaja en equipo, con comunicación, compartiendo objetivos, planes, generando vínculos de confianza para que se produzca el cambio. Hay que tener iniciativa, apertura y no perder el foco del usuario interno, de todos los stakeholders de la organización.

Por lo tanto, para construir una organización innovadora, “el líder debe decidir si tomar la píldora de la innovación o seguir pensando que su empresa sobrevivirá permaneciendo en la ignorancia”, Juan Vicente García Manjón. En otras palabras, el líder debe trabajar y llevar a cabo cinco habilidades fundamentales: observar, cuestionar, experimentar, asociar y hacer networking. 

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