Nos encontramos en pleno proceso de Transformación Digital. La asesoría de empresas no podía ser menos. Muchos profesionales del sector se suman al carro de las nuevas tecnologías para mejorar sus servicios a empresas y particulares.

Los 3 factores del cambio

La asesoría viene atravesando estos últimos años un importante proceso de transformación motivado fundamentalmente por tres factores:

• La crisis, que ha llevado a la desaparición de numerosos negocios, pymes y autónomos con una trayectoria de bastantes años y que proporcionaban una estabilidad de ingresos a las asesorías.
• El crecimiento de la e-administración, ya que se vienen simplificando los trámites administrativos y aumentando los trámites online, a través de las sedes electrónicas de los distintos organismos con los que los contribuyentes se relacionan para poder gestionar su negocio. Las principales son:

• • Agencia tributaria a través de la página www.agenciatributaria.es
  • Seguridad Social www.seg-social.es
  • Sepe o antiguo INEM www.sepe.es
  • Registro Mercantil y de la Propiedad www.registradores.org

Para poder realizar los trámites necesitamos Certificado Digital expedido por la FNMT (Fábrica nacional de Moneda y Timbre), que nos permite firmar cualquier presentación que se haga de autoliquidaciones, contratos, cuentas anuales, libros oficiales, altas en la seguridad social, presentación de contratos etc.

• El software de gestión: especialmente de facturación y contabilidad, orientado al propietario del negocio, que permite transformar el proceso de contabilización del negocio y reduce el papel prestado por las asesorías.  Pero si nos centramos en el software utilizado actualmente por las asesorías, tenemos que en la actualidad han surgido numerosos programas informáticos, que integran tanto la contabilidad, fiscalidad, mercantil y laboral, y en alguno de ellos, también la gestión interna de la propia asesoría. Entre los más importantes están:

• • A3 software
  • Aon Solutions
  • Sage

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El futuro del valor de la asesoría

Como alternativa, y al hilo del desarrollo de internet y del software de gestión online, algunas asesorías vienen apostando por ofrecer de manera complementaria servicios online, lo que les permite llegar a todo el mercado nacional, en muchas ocasiones desde un planteamiento lowcost.

Como resultado, ha crecido el número de opciones de asesoría a las que puede optar un autónomo o una pyme a la hora de elegir asesor, despachos profesionales, asesores online o asesores lowcost. Estas asesorías tienen por el contrario su frialdad en el trato con el cliente y la falta de “empaparse” de los problemas de los mismos.

Todos estos cambios vienen golpeando con fuerza al sector tradicional de la asesoría. Ésta ha visto como se reducían sus márgenes de beneficio, obligándole a un esfuerzo de adaptación y reinvención. Ya no valen los asesores que se limitaban a contabilizar facturas, emitir nóminas o presentar declaraciones e impuestos. El futuro pasa por el valor del asesoramiento, para que el cliente entienda que se le ofrece “algo más” que justifica su coste. Dedicar más tiempo al análisis de su negocio, para ser capaz de aportarle ese valor.  Informarle sobre subvenciones, normativas o bonificaciones, facilitándole la relación telemática con la asesoría. Recomendarle opciones fiscales óptimas o sugiriéndole mejoras en el modelo de gestión. Pero sobre todo sentarse y comunicarse con él para ayudarle a mejorar la gestión de su empresa, a través de un trato humano y directo.

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Formación: apuesta segura

El asesor que quiera ser competitivo, tendrá que tener una formación académica fuerte, que sirva como base para su desarrollo profesional.  Con un asesoramiento activo, valioso y eficiente, el cliente no sólo estará seguro en sus decisiones administrativas y en la optimización de su modelo de gestión, sino que podrá dedicar más tiempo a las tareas comerciales o de producción, y en consecuencia, los beneficios se reflejarán directamente en su cuenta de resultados.

Llegan tiempos de cambio para las asesorías. El futuro pasa por una buena formación académica de los asesores, asesoramiento de calidad y una modernización en las herramientas de trabajo que cumplan como objetivo final la mejora de la gestión de la empresa del cliente.