Día Internacional de la Educación: El papel del docente
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero como el Día Internacional de la Educación con el fin de celebrar el papel tan importante que juega la educación en el desarrollo de la sociedad. Y es que, tener una educación inclusiva, equitativa, de calidad, de oportunidades y de aprendizaje de igual forma para todos a lo largo de la vida es sumamente relevante.
Una de las piezas claves para ello es contar con unos buenos educadores que influyan de forma positiva en la motivación y en el rendimiento de los estudiantes. Ser un buen profesor conlleva estar atento de las necesidades de sus alumnos, involucrarse en sus trabajos e incentivarlos a tener interés en la materia que imparte.
Además, los docentes tienen que ser buenos comunicadores porque una de sus tareas consiste en transmitir los conocimientos adecuados de forma atractiva, ya sea planteando preguntas, haciendo reflexionar a los estudiantes y siempre justificando sus explicaciones para que se puedan comprender sin problema.
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. – Nelson Mandela
También resulta necesario que el profesor tenga interés por seguir ahondando en la materia y mejore su práctica docente adaptándose a las nuevas necesidades que vayan surgiendo para optimizar el aprendizaje del alumno y el suyo propio.
José Vera, profesor de la Escuela de Negocios de la UEMC, nos cuenta que “un docente es una pieza clave en la transmisión del conocimiento de las nuevas generaciones, ya que ni la enciclopedia de D’Alambert y Diderot a finales del siglo XVIII, ni las más modernas conocidas como Wikipedia o Google, son suficientes para garantizar una correcta transmisión del conocimiento. Hace falta que alguien, el conocido como docente, apoye y estimule la curiosidad intelectual del alumno, de forma que la innovación sea la llave del desarrollo y evolución de la humanidad; si no aún estaríamos viviendo en condiciones prehistóricas. Por ello, tanto la formación del docente como su desarrollo profesional deberían cuidarse con mucho esmero, dada la repercusión que puede tener para futuras generaciones. ¿Quién no recuerda en su vida a un buen maestro?”.
El papel del docente
Educar a los alumnos no significa solo ofrecerles información y controlar la disciplina, sino también ser un intermediario entre el alumno y el ambiente, es decir, crear una atmósfera que incentive a los estudiantes a aprender, investigar, construir su aprendizaje y no solo a cumplir con las cosas que él ordena. El maestro debe acompañar al alumno en su formación dejando de actuar solo como un mero protagonista.
Para ello, el docente debe:
- Incentivar al diálogo: Los alumnos tienen que ser capaces de expresar sus ideas sin problema alguno, dialogando entre todos para practicar el aprendizaje colaborativo. Tienen que perder el miedo a preguntar en clase o expresar cualquier duda.
- Practicar y no solo memorizar: El profesor tiene que poner en práctica todo lo aprendido para saber si los alumnos han entendido bien la lección y el aprendizaje ha sido significativo, por ejemplo con materiales interactivos.
- Dar lugar al error para conseguir un mayor aprendizaje: Esto quiere decir que el docente puede involucrar a sus alumnos en casos contradictorios a lo aprendido con anterioridad para estimular la discusión y que se aprenda de los propios errores.
Además, el papel del docente es cada vez más importante en aspectos académicos y socioemocionales debido a los tiempos de incertidumbre y angustia que se han generado últimamente en los estudiantes como puede ser generando sentimientos de soledad, depresión o desmotivación. Por lo tanto, el rol del profesor debe estar orientado también al apoyo y comprensión.
El valor de la educación en UEMC Business School
La Escuela de Negocios de la UEMC – UEMC Business School se encuentra adherida al Pacto para la Educación Responsable en Gestión (PRME), una muestra clara del compromiso con los 6 principios que forman este pacto: propósito, valores, método, investigación, asociación y diálogo. Además, también contamos con unos principio muy marcados desde nuestros inicios como son el compromiso social, la formación en una gestión ética y la concesión de la responsabilidad social corporativa como un elemento clave en la estrategia de las empresas.
Y es que, desde UEMC Business School entendemos que nuestras propias prácticas organizacionales deben ser modelo de ejemplo de las actitudes y valores que transmitimos a nuestros estudiantes con el objetivo de suscitar e inspirar una nueva forma de educación de gestión responsable.
En este sentido, el claustro de profesores de la Escuela de Negocios de la UEMC es el pilar fundamental de todas nuestras actividades de formación. Nuestra seña de identidad es la atención personalizada al alumno por parte de un equipo docente en activo y altamente especializado que se pone a disposición del estudiante para resolver cualquier duda a lo largo del desarrollo de la formación.
El cuadro docente de UEMC Business School está compuesto por profesionales con diversos perfiles, expertos de cada sector, que ayudan a nuestros alumnos a desarrollarse desde diferentes perspectivas.
Además, de los más de 80 docentes con los que cuenta la Escuela de Negocios de la UEMC, el 55% son Doctores, otorgando una mayor calidad, especialización a sus contenidos y contribuyendo a mejorar las prácticas directivas y el liderazgo de hoy y del futuro.
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