Comprar unas entradas de cine a través del teléfono móvil o consultar el catálogo de una tienda de ropa en la tablet son acciones del día a día. A lo que quizá no estemos tan acostumbrados sea a poder probarnos un jersey sin salir de casa o pasear por los pasillos de un supermercado sin movernos del sofá. La realidad virtual, el 3D o la realidad aumentada son el siguiente paso en el futuro del ecommerce.

Auge del webrooming

Mejorar la experiencia de compra del consumidor está entre las prioridades de todo experto en marketing. Gracias a internet y las redes sociales, gran parte de dicha experiencia pasa por blogs, páginas web, aplicaciones móviles, vídeos y demás. El consumidor actual pasa más tiempo en la red que en la tienda física, por eso no es extraño que los esfuerzos de los comerciales se vuelquen hacia esos dispositivos.

Las dos tendencias imperantes actualmente en ecommerce son el showrooming y webrooming. Gracias a la primera, el cliente visita la tienda física para observar y probarse los productos y adquiere lo que desea a través de la plataforma web. Mientras que en la segunda, el proceso se realizaría al contrario: el internauta consulta el catálogo online para terminar comprando el producto en la tienda. De aquí surge la imperante necesidad de los negocios de combinar tanto el entorno online como el offline.

Sin embargo, a pesar de que el usuario a pie de calle aún debe trabajar en la digitalización de sus procesos de compra, los distintos desarrollos tecnológicos apuntan a una mayor inclinación al webrooming. Objetos como las Google Glass, el Oculus Rift de Samsung, las impresoras 3D o los simuladores de realidad virtual ayudarán a completar la experiencia online del consumidor. Aunque queda tiempo para que sean accesibles a todos los públicos, ya han comenzado a popularizarse. Un estudio de la compañía Walker Sands afirma que el 63% de los consumidores está dispuesto a cambiar sus hábitos de compra para introducir estas tecnologías.

¿Cuáles son las ventajas de implantar esta tecnología en mi ecommerce?

-Diferenciación y valor añadido: las empresas, ecommerce y tiendas online que incorporen simuladores de realidad virtual o el diseño 3D en sus catálogos se diferenciarán rápidamente de la competencia, captando la atención del usuario. Al mismo tiempo mejorarán su reputación e imagen de marca al ser percibido entre los consumidores como abanderados de la innovación. El año pasado, la compañía de juguetes Lego desarrolló un catálogo que combinaba el catálogo físico con el virtual mediante realidad aumentada:

-Mejora experiencia de compra: el cliente podrá ver los productos en tres dimensiones, obteniendo así una mejor impresión de lo que va a adquirir. Al interactuar con los objetos, la tienda puede crear escenarios realistas para el consumidor compruebe los beneficios y características de dicho producto en su día a día. Ikea ha sido una de las empresas pioneras en incorporar esta tecnología a su catálogo, gracias al cual el usuario puede probar los productos en su propio hogar:

-Personalización de productos: gracias a las nuevas tecnologías, el consumidor podrá personalizar el producto bien en la propia tienda o desde casa, tanto el color, tamaño o forma, para luego comprarlo. Esto es algo que se viene practicando desde hace tiempo en ecommerce, pero ahora se puede ir un paso más allá. Algunas peluquerías ya ofrecen la posibilidad de comprobar cómo va a quedarle un corte de pelo al cliente, o probarse prendas en tiendas de ropa, como en este ejemplo:

-Estimación comportamiento clientes: gracias a los mapas de calor y la realidad virtual entre otras tecnologías, las marcas y empresas podrán comprobar que lugares y zonas de la tienda son con las que más interactúa el consumidor, que productos son los más demandados, como funcionaría una determinada distribución de los objetos, etc. Con ello, las empresas podrán crear campañas de marketing más certeras y eficaces, reduciendo costes y centrando sus esfuerzos.

-Compras sociales: la confluencia de realidad virtual y plataformas sociales como SecondLife o Sansar, permitirá la participación de varios agentes en un mismo escenario construido electrónicamente. Así, el cliente podrá ir al centro comercial acompañado de sus amigos o familiares mediante la simple utilización de unas gafas de realidad virtual.

Es posible que los pequeños y medianos negocios no dispongan de los recursos económicos necesarios para desarrollar aplicaciones de realidad aumentada, pero pueden aprender de ella. Tanto autónomos como pymes pueden diseñar catálogos más interactivos, visuales y accesibles para el cliente, incorporar elementos gráficos en tres dimensiones en sus plataformas de tienda online y crear aplicaciones para los distintos dispositivos móviles. La realidad virtual está cada vez más cerca, ¿te vas a quedar atrás?